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Derechos de vivir en pareja sin estar casados en España -

Derechos de vivir en pareja sin estar casados en España

Hoy en día es muy común vivir en pareja sin casarse ni formalizar la unión. Sin embargo, comprar una vivienda sin una convivencia reconocida (matrimonio o convivencia) puede conllevar más de una complicación legal. No estar formalizado puede tener serias repercusiones si la relación se rompe o uno de ustedes muere.

En 2019, según el Instituto Nacional de Estadística, había en España unas 11 millones de parejas. Sin embargo, en esta cifra sólo se contabilizan los matrimonios y las parejas de hecho formalizadas. Pero existe otra forma de vivir con otra persona sin tener que casarse ni registrarse: la unión informal.

Es común que dos personas decidan comprar una casa o tener hijos sin estar casados. Es otra opción, aunque puede plantear más de un problema legal. En este artículo te contamos de qué aspectos puedes tener que preocuparte si quieres vivir en pareja sin casarte ni convertirte en pareja de hecho.

En muchos aspectos no hay grandes diferencias. Sin embargo, influye si decidimos comprar una casa o tener hijos. Desafortunadamente, si uno de los miembros de la pareja muere o la sociedad se rompe, pueden surgir algunos problemas legales que el matrimonio evita.

Hay cinco ámbitos en los que incide la situación jurídica de las personas que viven juntas: vivienda, impuestos, seguros de vida, derechos e hijos.

Vivienda

Comprar una casa es una de las decisiones más importantes que puede tomar una pareja. Pero es aún más importante en caso de que no quieran casarse o formar una pareja de hecho. ¿Qué sucede si uno de los dos propietarios muere? ¿Y si tuvieran hijos? ¿Quién puede vivir en la casa cuando hay una separación?

Si fallece uno de los cotitulares de la vivienda sin testamento

Imagina que dos personas deciden vivir en pareja sin casarse y comprar una casa juntos. ¿Qué pasaría con la casa si uno de los dueños muere y no deja testamento?

Cuando alguien muere, sus herederos reciben no solo su riqueza sino también sus deudas. Entonces, si una persona tiene una hipoteca (es decir, una deuda), pasa a sus herederos, al igual que la casa (un activo). Si una persona fallece sin dejar testamento, las deudas y los bienes del difunto pasan a sus herederos. Estos son hijos (o nietos), padres, cónyuges y hermanos, en ese orden. Si una persona no tiene ninguno de estos familiares, sus activos y pasivos pasan al Estado o, en algunos casos, a la Comunidad Autónoma.

Aquí es donde nos encontramos con el primer problema si se quiere vivir juntos como pareja de hecho: el miembro superviviente no se considera heredero legal. Por lo tanto, si no hay testamento, la pareja no tiene derecho a heredar la parte de la casa que pertenecía al difunto.

La importancia del testamento

“Si el compañero de piso pretende que su pareja tenga derechos hereditarios, deberá hacerlo constar expresamente en su testamento, y en todo caso se deberá respetar a los herederos legales y forzosos”. Esto significa que es obligatorio hacer testamento para que el dependiente supérstite pueda heredar, siempre después de que los herederos forzosos (hijos, padres y hermanos) hayan recibido su parte legal.

Esto significa que la pareja recibe el resto de la herencia, pero esto puede ser menos de lo que sería suyo como cónyuge viudo que es el heredero forzoso. También es posible que la parte restante sea más pequeña que la casa y por lo tanto no puedas quedártela. Cuando se divide el testamento, la casa puede quedar en manos de los herederos forzosos, sean hijos, padres o hermanos.

Si la hipoteca está a nombre de los dos miembros, el que sobreviva debe seguir asumiendo parte de ella. Quien hereda las deudas del difunto tiene que hacerse cargo de la mitad.

Si la relación se rompe ¿Quién puede quedarse en la vivienda?

Como explica Ortolá, cuando una relación se rompe, como en un matrimonio, surge el problema de quién mantiene el uso de la vivienda. En esta situación, dependerá mucho de si hay hijos menores o no. En este caso, se aplican los mismos criterios legales que para el matrimonio. “A falta de acuerdo entre ellos, el uso del piso se atribuirá al progenitor al que el juez dé la custodia de los hijos menores”, explica el abogado de la familia. No importa quién es el dueño de la casa o quién firmó la hipoteca.

  • Sin embargo, no es tan fácil si no hay hijos o eres mayor de edad:* Si sólo uno de los miembros es propietario del apartamento. Aquí el no propietario no tiene derecho a usar la casa.
  • Si ambos miembros son propietarios. La única solución es acordar quién disfrutará de la casa hasta que se pueda vender o hasta que uno compre la parte del otro. “Si no están de acuerdo, el juez podría dirimir el asunto cediendo la gestión y el uso del inmueble por períodos hasta que finalice la situación de copropiedad (en venta o cesión a uno de los copropietarios)”.

Fiscalidad

Los impuestos son uno de los temas donde hay más diferencias para matrimonios, parejas de hecho y parejas informales. Si alguien decide vivir en pareja sin casarse, es importante que comprenda las consecuencias fiscales.

Declaración de la renta

Una pareja no registrada no puede presentar una declaración conjunta. Uno de sus miembros podrá hacerlo con los niños, pero no podrán hacerlo ambos miembros de la pareja.

Impuesto de sucesiones y donaciones

Como ya se ha dicho, sólo los cónyuges (y en algunas Comunidades Autónomas las parejas de hecho) son herederos forzosos. Por motivos fiscales, una pareja no formal no figura como familia, por lo que no pueden disfrutar de muchos bonos.

Cuando alguien recibe una herencia o donación, tiene que pagar el impuesto sobre sucesiones y donaciones. Por ejemplo, imagina que uno de los dos muere. La persona que hereda debe pagar esta tasa, que se calcula en función de tres factores: la cantidad de dinero heredado, el grado de parentesco con el causante y la comunidad autónoma donde residía el causante. La gran diferencia entre los matrimonios y las parejas informales radica en el parentesco reconocido entre el heredero y el difunto.

Las relaciones en España están reguladas por la Ley 29/1987 del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Estos son los siguientes:

  • Grupo I: Descendientes e hijos adoptivos menores de 21 años.
  • Grupo II: descendientes y adoptados mayores de 21 años, cónyuges, ascendientes y adoptantes.
  • Grupo III: Colaterales de segundo grado (hermanos) y tercer grado (sobrinos y tíos), ascendientes y descendientes por parentesco.
  • Grupo IV: Colaterales de cuarto grado (primos), grados más lejanos y raros.

Los familiares hasta el grado II tienen grandes ventajas. Por ejemplo, hay comunidades donde estos dependientes están exentos en un 99% del impuesto de sucesiones. Dicho esto, un cónyuge viudo puede ahorrar mucho dinero al recibir la herencia. No obstante, si una pareja no estuviese casada ni reconocida, el miembro superviviente se considerará persona del Grupo IV (extranjero) y no tendrá derecho a esta bonificación.

Seguros de vida

Según la aseguradora Unespa, alrededor de 15 millones de españoles han contratado un seguro de vida a término. Estas pólizas se encargan de indemnizar a la persona que quieres en caso de fallecimiento o necesidad de solicitar la invalidez. Y si decides no casarte, ten cuidado al contratar si quieres que el dinero vaya para tu pareja. Estos son los tres problemas legales que puedes tener. Para evitarlos, lo mejor es buscar el consejo de expertos:

1. La pareja queda fuera de la indemnización porque no se ha especificado el beneficiario en la póliza

No es necesario nombrar un beneficiario en una póliza, pero es muy recomendable. A veces se utilizan fórmulas generales que pueden generar problemas, p. B. Establecer que los beneficiarios serán los “herederos legales”. Siempre se debe evitar este tipo de fórmulas, pero más aún cuando no estamos casados ​​y queremos que nuestra pareja reciba una compensación.

Por herederos legales entendemos los designados en el testamento. Si no hay testamento, son los herederos forzosos ya comentados: hijos, padres, cónyuge y hermanos, en ese orden. Entonces, si no estaban casados, el miembro sobreviviente no es un heredero legal.

Si uno de los socios fallece y desea que la compañía de seguros indemnice al otro, debe hacerlo constar en la póliza con su nombre y apellido. Si se utilizan fórmulas genéricas, es posible que nuestro socio quede excluido de la compensación.

2. La pareja tendrá que pagar más por el impuesto de sucesiones

El seguro de vida se suma al patrimonio total del difunto. Así, nuestro socio tendrá que pagar un impuesto más alto al recibir la herencia si es un familiar de grado IV en lugar de un familiar de grado II (cónyuge).

3. No puede contratarse la cláusula de doble capital en caso de fallecimiento de ambos cónyuges

Algunas pólizas te permiten contratar esta cláusula adicional. En caso de que ambos miembros de la pareja fallezcan en un accidente, el seguro de vida paga el doble de dinero a los beneficiarios. Una opción interesante, por ejemplo, para familias con niños que viajan mucho en coche.

Sin embargo, como su nombre indica, cubre la muerte de ambos cónyuges. Si dos personas no casadas viven juntas en una cohabitación, no son legalmente cónyuges.

Cómo evitar estos problemas

En primer lugar, es muy importante indicar en la póliza de quién se desea ser beneficiario. Si quieres que tu pareja reciba una compensación si te pasa algo, indícalo en el contrato. Así que no hay problemas con la recogida del dinero. Eso sí, ten en cuenta que tendrás que pagar más impuestos que si fueras tu cónyuge legal.

En segundo lugar, no debemos olvidar que el seguro de vida es individual: solo protege a una persona. Si el miembro de la pareja no asegurado fallece, el otro no tiene derecho a beneficios (independientemente de si estaban casados ​​o no). Por este motivo es recomendable tener dos pólizas diferentes: una para cada uno. De esta forma, se protege el patrimonio familiar en cualquier caso. Esta opción también elimina la cláusula en caso de fallecimiento de ambos cónyuges: cada aseguradora se haría cargo de sus asegurados.

Derechos

Finalmente, debe tenerse en cuenta que los cónyuges o parejas de hecho reconocidos gozan de ciertos derechos. Si opta por vivir en pareja sin casarse, no podrá disponer de ella. Estos son algunos ejemplos destacados por José Gabriel Ortolá:

  • Adopción: sólo tienen acceso a la adopción los cónyuges y las parejas de hecho formalizadas.
  • Derechos laborales: Los sindicatos no reconocidos no pueden tener permisos de trabajo que involucren al otro afiliado. Por ejemplo, nos referimos a días de baja por enfermedad grave o por fallecimiento de un familiar.
  • Arrendamientos: Si fallece uno de los miembros del matrimonio o pareja de hecho, el que sobreviva tiene derecho a conservar el arrendamiento.
  • Salud : La ley reconoce que la salud pública apoya tanto al cónyuge como a la pareja de hecho formalizada del asegurado.
  • Pensiones: El sistema público de pensiones reconoce este beneficio a la pareja del fallecido (sólo en el caso de matrimonio o unión de hecho formalizada).
  • Becas y ayudas: el sistema público da acceso a este tipo de ayudas a las parejas casadas ya las parejas de hecho formalizadas.

Hijos

No hay diferencia legal entre hijos legítimos e ilegítimos. La única diferencia es el procedimiento judicial que regula las acciones que les afectan en caso de divorcio o separación. En el caso de personas solteras con hijos, la separación se resuelve mediante un procedimiento específico, pero “el procedimiento es el mismo”, explica el letrado, y añade: “Los criterios para la asignación de los derechos de guarda y custodia de los hijos son idénticos”.

¿Vivir en pareja sin casarse o formalizarlo?

Como ves, la unión legal entre dos personas puede solucionar más de un problema. Por supuesto, vivir en pareja sin casarse es una opción válida, pero es importante conocer las consecuencias. Si quiere mantener su situación sin formalizarla, pida ayuda a profesionales antes de iniciar cualquier trámite, p. B. contratar un seguro de vida o contratar una hipoteca. De esa manera, evita enfrentar estos problemas, o al menos minimiza su impacto.

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